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Cientos de perros y gatos desangrados y almacenados hasta morir en el banco de sangre que abastece a las principales cadenas veterinarias

Actualización (2 de abril de 2024): Después de escuchar a decenas de miles de simpatizantes de PETA, BluePearl Pet Hospital y VCA Animal Hospitals, dos cadenas veterinarias que compraban sangre de The Veterinarians’ Blood Bank (TVBB), confirmaron que ya no están comprando productos sanguíneos de TVBB.

Actualización (7 de febrero de 2024): Después de que una investigación encubierta de PETA descubriera que los animales mantenidos cautivos en el TVBB estaban ancianos, demacrados, enfermos y se les negaba la atención veterinaria adecuada, la Junta de Salud Animal del Estado de Indiana confirmó muchos de nuestros hallazgos. Durante las inspecciones de las instalaciones para perros y gatos de TVBB, un veterinario estatal observó que, a los animales, incluidos los ancianos, les extraían la sangre con mayor frecuencia y mucho más allá de la edad que dictan los estándares de seguridad para transfusiones y bancos de sangre. Encontró perros mantenidos en perreras oxidadas sin cama, así como gatos con secreción ocular y problemas dentales graves, y todos los perros cuyos dientes examinó tenían enfermedades dentales de “moderadas a graves”.

Actualización (25 de enero de 2024): Después de escuchar a PETA y a miles de simpatizantes como tú sobre el sufrimiento y el confinamiento de por vida de cientos de animales en The Veterinarians’ Blood Bank (TVBB, por sus siglas en inglés), PetVet Care Centers abandonó la cruda operación como proveedor de productos sanguíneos para sus hospitales veterinarios.

Publicación original:

Una investigación encubierta de PETA sobre The Veterinarians’ Blood Bank (TVBB, por sus siglas en inglés), una empresa en Indiana que mantiene a 900 perros y gatos confinados perpetuamente en perreras inhóspitas y corrales abarrotados y vende su sangre a clínicas veterinarias, encontró que los trabajadores desangraban a animales ancianos, demacrados y enfermos con infecciones de las vías respiratorias superiores, cáncer de huesos y otros problemas. Muchos de los animales nacieron y se criaron en TVBB, aunque la instalación adquirió algunos como callejeros o provenientes del personal que respondía a los anuncios que buscaban hogares para animales no deseados.

Según TVBB, varias de las principales cadenas de hospitales veterinarios con ubicaciones en EE. UU. compran sangre extraída de estos animales.

Los animales “se quedan aquí hasta que mueren”

Escondido en las tranquilas carreteras de Indiana, mantenido “en secreto” por la gerencia, como explicó un trabajador, TVBB confina aproximadamente a 360 perros y más de 500 gatos en perreras sombrías.

Muchos de los perros y gatos usados por TVBB nacieron en las instalaciones, donde los trabajadores crían animales deliberadamente para que su sangre pueda ser extraída una y otra vez. Los humanos mantienen cautivos a estos animales y les extraen sangre cada tres semanas más o menos. A continuación, TVBB vende la sangre a clínicas veterinarias de todo el país.

La instalación confina aproximadamente 360 perros y más de 500 gatos y vende su sangre a clínicas veterinarias.

La mayoría de los animales de la instalación permanecen allí, sin hogar y privados de alegría y afecto, entre otras necesidades, de por vida.

Incluso los animales “retirados” de las extracciones de sangre, como los gatos ancianos en un corral al que los trabajadores se referían eufemísticamente como la “escalera al cielo”, fueron almacenados indefinidamente. Squiggy, el perro más viejo de TVBB a los 15 años, todavía estaba enjaulado, a pesar de que ya no lo usaban para obtener sangre. Lo encontraron “agonizando” y se le practicó la eutanasia, ya que nunca había conocido un hogar o una familia.

Un trabajador explicó que los gatos que eran demasiado pequeños para usarlos para extraer sangre, “simplemente se quedaban aquí hasta morir”.

Sin tranquilidad, sin comodidad, sin escapatoria

TVBB mantenía a los perros en perreras pequeñas, inhóspitas y ensordecedoramente ruidosas durante más de 23 horas al día. El personal solo dejaba que los perros salieran a los “patios de juego” de concreto mientras limpiaban.

Los perros como Jovi se mantienen en cobertizos inhóspitos y ensordecedoramente ruidosos durante más de 23 horas al día, y todo el día los domingos.

Los domingos, cuando nadie estaba programado para limpiar, los perros no salían. Muchos perros tenían úlceras por presión y bultos o callos por haber sido obligados a acostarse en pisos de plástico duros y enrejados, la mayoría sin cama ni incluso una plataforma de descanso, día tras día, muchos de ellos durante años.

Muchos perros tenían úlceras por presión, como la del abdomen de este perro, por haber sido obligados a acostarse en el duro suelo de las perreras, privados hasta de la mínima comodidad como lo es una plataforma de descanso.
Rugar tenía un bulto colgando de su pecho que, según los informes, se originó como una úlcera por presión.

La instalación hacinaba hasta 30 gatos en corrales que carecían de sitios adecuados y enriquecimiento ambiental, solo una caja de cartón, algunas cajas de leche y algunas pelotas de ping-pong aquí y allá. El personal obligaba a los gatos a competir por el acceso a la comida, el agua, las perchas y piscina de plástico, que no se recogían los fines de semana.

Sin nada que hacer y sin alivio por la frustración crónica y la soledad, los gatos trepaban por las paredes y los perros ladraban continuamente.

Gatos mantenidos en jaulas abarrotadas en grupos de hasta 30. Se vieron obligados a competir por el acceso a la comida, el agua, las perchas, un espacio para esconderse y una sola piscina de plástico para niños por recinto.

Las condiciones estresantes llevaron a algunos perros a pelear. El compañero de la perrera de Howard lo atacó al menos tres veces antes de que los dos perros finalmente fueran separados. Después de que Clara y Parker pelearon, el personal los dejó salir juntos. Pelearon dos veces más, lo que resultó en una herida en la pierna de Clara que requirió grapas.

Los trabajadores extrajeron sangre de Howard (izquierda) y Casey, de 11 años (derecha), a pesar de que ambos estaban recibiendo un suplemento que comúnmente se administra a los perros que experimentan dolor en las articulaciones. Howard fue atacado varias veces por su estresado excompañero de perrera antes de que finalmente separaran a los dos perros.

Después de una aparente pelea con su compañera de perrera, Isabella desarrolló celulitis, una infección profunda de la piel y el tejido subyacente, lo que le causó una herida masiva que aún no se había curado tras siete semanas. Otro perro, Joey, padeció una herida similar en el pie. Unas 12 semanas después, los trabajadores descubrieron que su pierna estaba rota. Bobo sufrió una lesión en el oído por una aparente pelea; y posteriormente perdió peso, pero su sangre aún fue extraída para la venta.

“De dónde los sacan no es asunto mío”

TVBB cría cachorros y gatitos para que su sangre pueda ser extraída durante toda su vida, generalmente una década o más, y luego vendida. Los trabajadores tatuaban las orejas de los animales con números. Un trabajador mayor explicó que comenzaban a extraerles sangre a los cachorros cuando tenían solo 6 meses de edad.

Si bien TVBB afirma ser una “colonia cerrada”, una frase que sugiere un nivel de seguridad para los hospitales veterinarios que buscan comprar productos sanguíneos seguros, muchos animales en la instalación en realidad provienen de fuentes aleatorias. Por ejemplo, una trabajadora trajo un cachorro para el que no pudo encontrar un hogar, así como el perro no deseado de su vecino. Un gerente le preguntó al investigador si conocían refugios “sin muerte” (donde no practican la eutanasia) que pudieran dar perros a las instalaciones.

Un gerente ofreció y aparentemente pagó a los trabajadores $200 por cada gato que traían a las instalaciones para ser usado para extraerle sangre, diciendo: “De dónde los sacan no es asunto mío”.

Explicó que había adquirido otros gatos respondiendo a anuncios en línea que buscaban hogares para los animales, ofreciéndoles un “buen hogar”. Los trabajadores incluso le dieron a la instalación sus propios gatos y trajeron perros callejeros.

Los gatos recién llegados se mantenían en un cobertizo al aire libre y, a veces, daban positivo a enfermedades contagiosas como el herpesvirus felino y micoplasma, pero aun así fueron usados para obtener sangre. Después de que un trabajador trajera unos gatitos que dijo que había “encontrado en… Facebook”, uno de ellos murió, aparentemente sin haber recibido atención veterinaria.

La sangre de los animales enfermos es destinada para animales moribundos

Los animales que necesitan transfusiones de sangre suelen estar gravemente enfermos o heridos, es decir, dependen de que la sangre que reciban esté sana y no contaminada. Pero si los pacientes de un hospital veterinario reciben sangre comprada en TVBB, es muy probable que se haya extraído de animales que estaban enfermos, heridos, ancianos o medicados; lo que pone en riesgo el bienestar tanto del “donante” como del receptor.

Gatos con síntomas crónicos en las vías respiratorias superiores que los trabajadores atribuyeron a “alergias” fueron confinados en el “corral de estornudos y mocos”, donde la aparente secreción nasal salpicaba y se acumulaba en las paredes.

Los galgos llamados Franklin y Baxter aparentemente fueron diagnosticados con cáncer de huesos, pero el personal continuó extrayendo sangre de ambos perros, incluso solo ocho días antes de que Baxter fuera encontrado muerto en una perrera. Los trabajadores también extrajeron sangre de Reba, un perro que sufría convulsiones y tomaba varios medicamentos. Extrajeron sangre de perros que recibían analgésicos, antibióticos y suplementos para la tiroides.

Un gerente instruyó a los trabajadores para que extrajeran sangre para la venta de Cox, una gata con una infección crónica del oído que dejó de respirar bajo anestesia, y Chelsea, una gata que había perdido más del 10 % de su peso corporal en tres semanas.

El copropietario de la instalación, un veterinario, pensó que Abel, un gato con mucosidad nasal sanguinolenta, probablemente tenía el virus del herpes felino, pero todavía así permitió que se vendiera su sangre. Los trabajadores extrajeron sangre de Dobby, un gato con secreción nasal verde, y Bambi, un gato con ojos crónicamente rojos y entrecerrados. Confinaron a los gatos con síntomas crónicos de las vías respiratorias superiores, incluidos aquellos cuya sangre todavía se tomaba para la venta, en lo que se llamó el “corral de estornudos y mocos”, donde la secreción nasal seca se acumulaba en las paredes.

Los trabajadores extrajeron sangre para la venta de Bambi, a pesar de sus ojos crónicamente enrojecidos y entrecerrados, y un gerente rechazó la oferta del investigador de adoptarlo.

Los animales sangraban de la cuna a la tumba

Los trabajadores de TVBB extraen sangre de los perros aproximadamente cada tres semanas. La cantidad de sangre extraída repetidamente durante años, aproximadamente 15 onzas de los perros y 2 onzas de los gatos, es mucho mayor que la pequeña cantidad tomada durante un análisis de sangre de rutina en una clínica veterinaria. Teniendo en cuenta el tamaño relativo de los animales, es comparable a una pinta de sangre que un humano podría donar durante una campaña de donación de sangre no más de cada dos meses. Y al igual que en los humanos, el proceso puede hacer que los perros y gatos se sientan cansados y con náuseas. Imagina que te mantengan en una pequeña celda de prisión y que te extraigan medio litro de sangre cada tres semanas durante toda tu vida.

Los trabajadores extraen sangre de los perros, incluida esta mestiza de sabueso joven, llamada Boomer, aproximadamente cada tres semanas. La cantidad de sangre extraída una y otra vez durante años, aproximadamente 15 onzas de los perros y 2 onzas de los gatos es, teniendo en cuenta el tamaño relativo de los animales, comparable a una pinta de sangre que un humano podría donar durante una campaña de donación de sangre no más de cada dos meses.

Las directrices de los bancos de sangre para animales indican que los perros y gatos usados para transfusiones de sangre no deben tener más de 8 años de edad, para proteger su propia salud y la de los animales que reciben su sangre. Pero en TVBB, no había un límite de edad establecido en el que los animales fueran “retirados” de las extracciones de sangre.

Sheldon, un galgo emaciado de 12 años con piernas traseras débiles, fue sometido a extracciones de sangre, incluso solo 17 días antes de que le practicaran la eutanasia. A Dorothy le extrajeron la sangre para la venta solo 15 días antes de que la galga de 12 años fuera encontrada temblando, incapaz de sentarse y gritando de dolor.

Un trabajador atribuyó las heridas abiertas en las caderas y los hombros de Keith, de 12 años, a su condición de emaciación, pero de todos modos le extrajo sangre. Rugar, también de 12 años, era usado para obtener sangre, y todavía se mantenía en una perrera de piso duro sin plataforma de descanso, a pesar de un gran bulto en su pecho que aparentemente había comenzado como una úlcera por presión.

Trabajadores extrajeron sangre de animales ancianos, incluidos los compañeros de perrera Rugar y LeeRoy, de 12 años.

Incluso cuando los perros fueron “retirados”, TVBB continuó almacenándolos. El investigador adoptó a Kolbie, un sabueso “retirado” de 12 años que había nacido en las instalaciones y padeció lo que un trabajador llamó una cirugía “horrible” y “espantosa” que los dueños del banco de sangre solían realizar para mantener a los perros tranquilos.

Muchos perros, incluido Kolbie, de 12 años, fueron criados y nacidos en las instalaciones, y prácticamente todos permanecen allí hasta que mueren.
El cuello de Kolbie quedó marcado por la cirugía de desvocalización, que la dejó sin la mayoría de sus cuerdas vocales.
El investigador rescató a Kolbie, quien según un trabajador había padecido una cirugía de desvocalización “horrible” y “espantosa” que los dueños de la instalación solían realizar para mantener a los perros tranquilos.

‘The Veterinarians’ Blood Bank’, pero ¿dónde están los veterinarios?

A pesar del nombre del banco de sangre, y a pesar de que es propiedad de dos veterinarios, la presencia y supervisión veterinaria en TVBB era insignificante. La mayoría de los días, ningún veterinario ponía un pie en las instalaciones. El que lo hacía normalmente se quedaba solo 30 minutos, y a veces no estaba claro ni siquiera si examinaba a los animales con lesiones o condiciones de salud crónicas, que tenían muchos de los cientos de animales en el lugar.

Personal sin credenciales veterinarias realizaba las limpiezas y cuidados “dentales” e incluso les sacaba los dientes a los perros. Un trabajador extrajo ocho dientes ennegrecidos de un perro llamado Foster, que luchaba por respirar bajo anestesia, sin ninguna supervisión veterinaria. Trabajadores sin licencia veterinaria administraron vacunas, anestesiaron animales, suturaron heridas y más.

Tres gatos liberados, gracias al intrépido investigador de PETA

Un gerente dijo que Fox, un gato “retirado” de 13 años con diarrea sanguinolenta, que estaba almacenado en el corral “stairway to heaven” (escaleras al cielo, en español), había “going down a lot” (descendido bastante, en español), pero Fox aparentemente no recibió un examen o tratamiento veterinario profesional hasta que el investigador de PETA lo adoptó. Tras varias semanas de cuidados intensivos en un hogar con cama acogedora, a Fox se le practicó la eutanasia después de que un veterinario descubriera que tenía cáncer gastrointestinal.

Este gato “retirado” de 13 años, llamado Fox, tenía diarrea con sangre, pero el centro no le brindó la atención veterinaria adecuada. El investigador adoptó a Fox, a quien, tras varias semanas de cuidados intensivos en un hogar amoroso con una cama acogedora, se le practicó la eutanasia porque un veterinario había determinado que había estado sufriendo de cáncer gastrointestinal.

El gerente dijo que planeaba dejar a Jane, una gata enferma cuya sangre había sido extraída para la venta menos de tres semanas antes, en “un granero en un campo” porque pensaba que tenía el virus del herpes felino. El investigador adoptó a Jane y la llevó a un veterinario, quien descubrió que su congestión nasal crónica y sus estornudos eran el resultado del calicivirus, otra infección altamente contagiosa.

Un gerente dijo que planeaba abandonar a Jane, cuya sangre había sido extraída para la venta menos de tres semanas antes, en “un granero en un campo” porque estaba demasiado enferma para ser usada para extracciones de sangre. El investigador de PETA adoptó a Jane y le brindó atención veterinaria.

Vivi, una gata almacenada a pesar de ser demasiado pequeña para usarla para extracción de sangre, gritó de dolor por una aparente infección en la boca. Un gerente le dijo que necesitaba que le sacaran los dientes, y que pensó que la gata se desnutriría “y moriría” si no se le brindaba este cuidado, pero durante muchos meses, rechazó la oferta del investigador de adoptarla. Más tarde admitió que la boca de Vivi “todavía estaba muy mal”, a pesar de haberle proporcionado cuidados “dentales”, y finalmente permitió que el investigador adoptara a la gata y le diera el cuidado que tan desesperadamente necesitaba.

Puedes ayudar a los perros y gatos confinados por sangre

Pídele a tu veterinario, incluso si trabaja en una clínica de BluePearl o VCA, que implemente una política contraria a la extracción de sangre de animales en cautiverio. Pídele que se comprometa a extraer sangre solo de animales sanos que viven en hogares como miembros queridos de una familia y que son ofrecidos voluntarios para donaciones periódicas de sangre por sus guardianes.

¡TOMA ACCIÓN AHORA!