A medida que cada vez más compradores se niegan a comprar productos fabricados con plumón arrancado a aves vivas, las compañías han comenzado a tratar de asegurarles a los clientes que no se han desplumado aves vivas en su cadena de suministro. Pero las nuevas imágenes encubiertas publicadas por PETA Alemania muestran un matadero por dentro, en el que se matan gansos y patos por sus plumas, y revela por qué el plumón nunca puede considerarse “ético” o “responsable”.

Imágenes nunca vistas provenientes de Polonia (el segundo mayor exportador de plumón del mundo) muestra a trabajadores bruscamente manipulando, pateando, electrocutando y cortando el cuello a patos y gansos, muchos de los cuales probablemente seguían conscientes.

A pesar de conocer la crueldad inherente al plumón, Urban Outfitters Inc. continúa vendiéndolo, incluso de marcas que compran a proveedores que lo obtienen de Polonia. Urban Outfitters debe ser responsabilizada por apoyar esta industria abusiva.

Mira las impactantes imágenes y actúa para ayudar a detener este abuso.

PETA Alemania publicó imágenes del interior de un matadero polaco, una instalación que se especializa en matar patos y gansos por sus plumas y carne. Luego, sus plumas son vendidas a fabricantes de moda y ropa de cama de todo el mundo.

Testigos filmaron a trabajadores del matadero agarrando aves y sacándolas de jaulas de transporte sucias y estrechas por las piernas y cargándolas boca abajo: una violación directa de las recomendaciones de manejo del Consejo de Europa.

Muchos patos y gansos se golpeaban la cabeza contra el piso de rejilla durante el rápido y descuidado proceso de descarga. A otros los dejaban caer y corrían, presos del pánico, ignorados durante varios minutos. Algunos se escondían debajo de los camiones transportadores y nadie se preocupaba de que pudieran lastimarse o morir cuando los camiones se movieran.

Un trabajador pateó a un pato aterrado que había escapado y el ave rodó por el pavimento.

Patos y gansos eran lanzados boca abajo contra grilletes de una cinta transportadora mientras aleteaban violentamente, ya sea por dolor o por su intento desesperado por escapar.

Luego eran arrastrados a través de un contenedor con agua electrificada para aturdirlos antes de asesinarlos. Pero las aves seguían batiendo sus alas violentamente y trataban de levantar la cabeza incluso después de que les cortaran la garganta, lo que indica que probablemente seguían conscientes y podían sentir dolor mientras se desangraban lentamente hasta morir.

PETA Alemania, en cooperación con un abogado polaco, denunció a la oficina del fiscal responsable el maltrato documentado en el matadero y se iniciaron las investigaciones.

Arriba: Plumas en el matadero

Los testigos también visitaron granjas donde se crían patos y gansos. Amontonadas por miles en cobertizos o recintos sucios, las aves se veían obligadas a pararse sobre sus propios excrementos y probablemente sufrían dolorosas escaldaduras de orina en las piernas y quemaduras de amoníaco en los ojos. No les proveían agua donde nadar, una necesidad básica para las aves acuáticas, y no tenían forma de limpiarse.

Los gansos y los patos también se usan para carne, por lo que generalmente se crían para que crezcan mucho más grandes y más rápido que como lo harían en la naturaleza, y muchos quedan lisiados por su gran peso corporal. Mantener a las aves enfermas en condiciones insalubres y de hacinamiento crea el caldo de cultivo perfecto para peligrosas enfermedades zoonóticas como la gripe aviar.

Los ocho denuncias anteriores de las entidades de PETA sobre la industria del plumón han revelado abusos similares en granjas y mataderos de todo el mundo. En 2012, PETA U.S. publicó imágenes de trabajadores arrancándoles las plumas a gansos vivos, un proceso conocido como “desplume en vivo”. En los años siguientes, las compañías enfrentaron una pérdida de confianza por parte de los consumidores, por lo que propusieron estándares internacionales que aseguraban un plumón “responsable” de “desplume no en vivo”.

Pero cuando PETA U.S. y PETA Asia entraron a las granjas relacionadas con estas compañías certificadas y “responsables”, descubrieron una crueldad impactante que arrojó dudas significativas sobre los estándares del plumón. Los investigadores hablaron con los proveedores de estas compañías denominadas “responsables” y de “desplume no en vivo”, y admitieron que compraban y vendían plumón de aves vivas. Un comprador incluso se jactó de engañar a los clientes, y un representante de la industria comentó: “Anunciamos que todo se despluma después de la matanza; nadie se atreve a comprarlo si dices que es desplume en vivo”. ¿Su solución? El etiquetado erróneo de su desplume en vivo como “desplume no en vivo” para que la gente lo compre. Y como muestran las imágenes recientemente publicadas por PETA Alemania, el hecho de que las aves no hayan sido desplumadas vivas no significa que no haya habido crueldad.

Los patos son animales extrovertidos y sociales que duermen acurrucados juntos por la noche e incluso tienen acentos regionales. Los gansos son aves leales y protectoras que mantienen a su pareja de por vida y se niegan a alejarse de un compañero enfermo o herido. Pero la industria del plumón solo trata a estos nobles animales como máquinas productoras de plumas. Hay muchas opciones de almohadas, edredones y abrigos que no hacen daño a los patos ni a los gansos, como materiales aislantes innovadores hechos de fibras de bambú, flores, derivados de la cáscara de coco, algodoncillo e incluso botellas de plástico recicladas, entre otros. Los patos y los gansos necesitan sus plumas, nosotros no.