La tortura de animales por parte del NIMH les falla a todos
El Instituto Nacional de Salud Mental tiene un enfoque desconcertante para encontrar curas para los humanos, e implica matar animales. Alerta de spoiler: No está funcionando.
Update (May 24, 2024): Exciting news! Next week, beloved actor and fierce animal rights activist James Cromwell will be presenting this petition to the National Institute of Mental Health on our behalf! Our signature-gathering phase for this petition is now closed, but you can still take action to end the institute’s horrific fright laboratory, where brain-damaged monkeys are tormented with fake snakes and spiders.
El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés), la principal agencia de EE. UU. para la investigación sobre salud mental, declara con orgullo que “imagina un mundo donde las enfermedades mentales sean prevenidas y curadas”.
Pero la agencia necesita nuevas gafas. A pesar de acumular miles de millones de dólares de los contribuyentes durante más de siete décadas, el NIMH ha fracasado en centrar la más mínima atención en esa visión. La dependencia de experimentos inútiles en animales por parte del instituto ha fallado en producir tratamientos efectivos y ha obstaculizado el progreso hacia la cura de enfermedades humanas.
En lugar de curar enfermedades psiquiátricas, el NIMH realiza experimentos psicopáticos
El NIMH estima que uno de cada cinco adultos en EE. UU., aproximadamente 57,8 millones de personas, sufre enfermedades mentales; sin embargo, en 2021 menos de la mitad recibió tratamiento. Aquellos que reciben tratamiento todavía enfrentan una serie de problemas.
El desarrollo de nuevos fármacos ha fracasado. La mayoría de los tratamientos para trastornos neuropsiquiátricos comunes no han mejorado desde su desarrollo hace 50 años, y muchos tienen efectos secundarios desagradables y no funcionan para todos. Algunas personas pueden no encontrar un fármaco que les funcione en absoluto.
El progreso está estancado, en parte debido a la obsesión unidireccional del NIMH con los animales.
Asustar a los ratones nunca conducirá a tratamientos para la depresión, por las siguientes razones:
- Los experimentadores del NIMH someten a los ratones a una agonía desgarradora en las pruebas de “nado forzado”, “suspensión por la cola” y “test de Aron” en intentos de estudiar la depresión humana. Ellos obligan a ratones a nadar por sus vidas en recipientes de agua ineludibles, los suspenden boca abajo por sus colas, y los atrapan en una cámara con un suelo electrificado que da repetidos choques a sus pies. El director del NIMH, Joshua Gordon, ha sometido personalmente a ratones a una prueba de “derrota social” en la que un animal ataca repetidamente a otro.
- Estas crueles pruebas no han producido un solo tratamiento para los humanos. Logrando solo causar intenso terror, ansiedad e impotencia en ratones, las pruebas no logran recrear las complejas condiciones que conducen a la depresión humana.
Los monos con daño cerebral no son sustitutos de los humanos
La experimentadora del NIMH Elisabeth Murray, abre los cráneos de los monos e inyecta toxinas en sus cerebros o succiona pedazos. Luego mete al mono, ahora con daño cerebral, en una jaula diminuta, lo aterroriza con serpientes y arañas falsas para ver cómo reacciona, y lo mata. A pesar de desperdiciar 30 años y 50 mil millones de dólares del dinero de los contribuyentes, Murray todavía no ha producido una sola cura o tratamiento útil para humanos o monos.
Sexo, poder y charlatanería financiada por los contribuyentes
Experimentadores insensatos en la Universidad de Duke usaron monos para estudiar “el sexo y el poder de la publicidad”. Obligaron a los monos a usar computadoras para seleccionar logotipos de marcas que estaban emparejados con imágenes de monas sexualmente receptivas. Mantuvieron a los monos sedientos para fomentar su “cooperación”, por la que recibieron unas pocas gotas de jugo de frutas. ¿Los resultados no tan innovadores que el NIMH pagó con nuestros impuestos? El sexo vende. Eso es todo.
El NIMH tiene una memoria confusa
Los estudios publicados por el NIMH han identificado que los animales no son buenos modelos para los padecimientos humanos, sin embargo, la agencia continúa actuando de forma negligente en contra de su mejor juicio.
Las condiciones antinaturales de un laboratorio, las diferencias fisiológicas entre especies y la relativa incapacidad para medir los estados emocionales en los animales son solo algunos de los problemas con estas pruebas, y la tasa de fracaso del 95 % para los nuevos fármacos que prueban ser seguros y eficaces en animales, pero que fracasan en los ensayos clínicos en humanos, resalta estos problemas.
Una vez más, los directores del NIMH han reconocido que estos métodos actuales no están funcionando, sin embargo, la agencia continúa canalizando dólares de los contribuyentes hacia inútiles experimentos en animales mientras los pacientes humanos sufren.
“Ninguno de estos modelos [animales] Puede reflejar con precisión la condición humana. … Los ratones no son personas. Los ratones no padecen esquizofrenia o ansiedad”.
—Joshua Gordon, M.D., Ph.D., actual director del NIMH (Fuente)
“Pasé 13 años en el NIMH realmente impulsando la neurociencia y la genética de los trastornos mentales, y cuando miro hacia atrás me doy cuenta de que, si bien creo que logré publicar muchos artículos realmente interesantes por científicos geniales a un costo bastante alto, creo que son $20 mil millones, no creo que hayamos avanzado en torno a la reducción del suicidio, la reducción de las hospitalizaciones, la mejora de la recuperación para las decenas de millones de personas que tienen enfermedades mentales”.
—Tom Insel, M.D., ex director del NIMH, 2002–2015 (Fuente)
Para colmo de males
En un giro poco sorprendente, resulta que torturar animales para ganarse la vida puede dañar la psique de una persona.
Unos estudios demuestran que el personal de laboratorio es propenso a sufrir fatiga por compasión, agotamiento y estrés traumático debido a su exposición repetitiva al dolor y la muerte infligidos a los animales. Depresión, ansiedad, desesperanza, culpa y el abuso de sustancias son solo algunos de los otros problemas de salud mental reportados que experimenta el personal de laboratorio.
El NIMH no solo está fallando en producir tratamientos para enfermedades mentales, su errónea dependencia de la experimentación animal también puede estar contribuyendo a la carga psicológica de su personal.
Científicos han encontrado una mejor manera: suma tu apoyo
Científicos de todo el país están usando avances tecnológicos modernos, incluyendo organoides cerebrales, cerebros en chips, imágenes y análisis de tejidos cerebrales humanos, para aprender más sobre los padecimientos del cerebro humano sin causar ningún dolor o sufrimiento a los animales.
El NIMH ha recibido más de $16 mil millones de los contribuyentes en la última década. Este dinero debería destinarse a enfoques prácticos que ofrezcan verdadero alivio para los pacientes.