Visitantes Mordidos por Animales Durante ‘Interacciones’ en el Acuario de Austin
Actualización (6 de octubre de 2022): Un informe recién publicado obtenido por PETA del Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA, por sus siglas en inglés) revela que el Austin Aquarium recibió una nueva citación crucial después de que un kinkajú mordiera la mano de un niño durante una interacción, lo que requirió atención médica. Según el informe, la infame instalación fue citada por violar la Ley federal de Bienestar Animal al no exhibir al kinkajú de modo de garantizar la seguridad del animal y del público.
En 2022, un investigador de PETA trabajó encubierto en el Acuario de Austin en Texas, un zoológico interactivo y ruinoso acuario cubierto, dentro de un centro comercial, que alienta a las personas a tocar y apretar a animales marinos sensibles y a participar en “interacciones” pagas con lémures, kinkajús, un oso perezoso y un capibara, a pesar de que estos animales normalmente evitarían a los humanos.
Mira el impactante video a continuación para descubrir las mentiras, el sufrimiento y la muerte que PETA descubrió en el Acuario de Austin:
Durante el transcurso de la investigación, PETA se enteró de que el Acuario de Austin aparentemente no cumple con los requisitos estatales de notificación de mordeduras de animales. El personal que ha sido mordido por animales, y buscaba atención médica, le ha supuestamente mentido al personal del hospital, al menos en parte, para evitar reportes formales sobre el origen de sus lesiones. La investigación de PETA también documentó que el Acuario de Austin priva de atención veterinaria a los animales heridos o que sufren, supuestamente para ahorrar costos.
Durante cuatro meses horrorosos en el Acuario de Austin, el investigador encubierto de PETA:
- Descubrió que al menos 11 empleados habían sido mordidos (o describieron haber sido mordidos) por animales silvestres.
Para evitar que las mordeduras de animales se informaran a las autoridades (lo que a menudo implica tener que poner a los animales en cuarentena), algunos trabajadores mentían sobre la especie de animal que los había mordido cuando buscaban atención médica. Un gerente, que supuestamente “fue mordido por el oso perezoso” y cuyas “venas se pusieron negras”, aparentemente les dijo a los profesionales médicos que “había sido mordido por un gato callejero”. El investigador de PETA fue mordido por lémures y un capibara durante la investigación.
- Se enteró de que 12 visitantes, incluido uno de apenas 7 años, fueron mordidos por lémures y un kinkajú en un período de solo dos meses.
Al investigador nunca se le dijo que documentara un ataque en los registros de cuidado de animales del lugar y nunca vio que alguien registrara los ataques.
- Vio nutrias en un recinto estrecho que mostraban un comportamiento anormal, indicativo de fuerte angustia psicológica.
Una nutria se mordía reiteradamente la pierna, un tipo de comportamiento comúnmente visto en animales que sufren traumas psicológicos asociados con la separación prematura de sus madres. Otra comenzó a echar la cabeza hacia atrás de forma errática y, según un informe de inspección del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA, por sus siglas en inglés), esto comenzó después de que se viera obligada a tener más “interacciones” de alimentación por parte del público. Estos animales casi nunca ven la luz solar natural y su recinto está diseñado para su visibilidad por parte del público, no para sus necesidades de bienestar. El personal del Acuario de Austin admitió ante el investigador de PETA que a las nutrias no les proporcionan suficiente enriquecimiento y dijo que a algunos otros animales se les dio CBD (cannabidiol) y/o aceites de copaiba para su “ansiedad” y para ayudarlos a “sobrellevar” el estrés.
- Se le contó acerca de un caso en el que un empleado intentó, sin éxito, aplastar con un bloque de cemento a una rata atrapada en una trampa.
El personal también contó otra historia en la que alrededor de 600 anolis (un tipo de lagarto), supuestamente considerados excedentes o innecesarios por Ammon Covino, a quien los empleados se referían a él abiertamente como propietario, eran simplemente liberados tanto dentro como fuera del edificio sin considerar que podrían tener una muerte dolorosa o prolongada. Un trabajador contó que trató de matar a un anolis con una gran piedra y el animal fue encontrado agonizando.
- Grabó a miembros del personal –que no eran escuchados por los visitantes– discutiendo los incidentes descritos anteriormente, además de muchos otros.
Un trabajador le confesó al investigador de PETA que “la mayoría de las cosas” que hace el Acuario de Austin desagradarían al USDA, y agregó: “Quebramos muchas de las reglas del USDA…”.
Como resultado de nuestros hallazgos, PETA ha presentado quejas y evidencia de aparentes violaciones en el Acuario de Austin a varias agencias, incluido el USDA, la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional, Parques y Vida Silvestre de Texas y funcionarios de control de animales en Austin. Hacemos un llamado a estos funcionarios para que investiguen la negligencia hacia los animales y la aparente violación del bienestar animal y de otros tipos de violaciones graves aparentes, documentadas por el investigador encubierto de PETA.
Si te mordió un animal en el Acuario de Austin, PETA te pide que compartas tu historia.
También te alentamos a informar tales incidentes a las autoridades si aún no lo has hecho.
‘Interacciones’ Peligrosas que Ponen en Riesgo a Quienes Visitan el Acuario de Austin
Un gerente del Acuario de Austin dijo que los animales allí mordían al público “probablemente… una vez por semana”. Otro dijo: “Estamos… esperando ser demandados” por tales ataques. Sin embargo, la instalación no requiere que los invitados firmen renuncias de reclamos antes de participar en sus peligrosas “interacciones”, y, en lugar de eso, los empleados tienen solo 30 segundos para hacer un repaso de las reglas de seguridad antes de llevar al público a los recintos. ¿Por qué?
Según un gerente, Ammon Covino eliminó las renuncias a reclamos porque completarlas les tomaba demasiado tiempo a los visitantes: “(…) No estábamos recibiendo demasiada gente” y “a Ammon no le gustó eso”.
Previo a la Investigación de PETA:
Al menos tres visitantes, incluido un niño de 10 años, fueron mordidos por un lémur durante interacciones en un período de 10 meses entre 2018 y 2019, y esos fueron solo los ataques informados a las autoridades. Muchas otras mordeduras no fueron informadas. Todos estos incidentes generaron 30 días de cuarentena para los lémures involucrados, debido a preocupación por enfermedades infecciosas.
Cómo los Lémures Vivían –y Morían– en el Acuario de Austin
Con signos de angustia psicológica en el Acuario de Austin los lémures caminaban de un lado a otro. Tres de ellos giraban la cabeza repetidamente. Un lémur de cola anillada llamado Wally fue encontrado enjaulado solo, a principios de marzo, imposibilitado de poder ver a otro miembro de su especie ni interactuar con él. Evidentemente, lo habían tenido así desde al menos octubre de 2021. Los trabajadores le contaron al investigador de PETA que, supuestamente, otro lémur murió ahorcado después de enredarse en una cuerda atada a un globo suelto.
A un lémur de cola anillada llamado Forest lo tenían en confinamiento solitario. Sufrió una lesión en el Acuario de San Antonio –otra instalación operada por la familia Covino– y, según se informó, fue privado de atención veterinaria adecuada, quedando imposibilitado de usar su pierna, deformada para siempre. (Foto tomada por un visitante en junio de 2022)
El investigador de PETA se enteró de que el Acuario de Austin acortó la duración de la interacción con lémures de cola anillada después de que uno de los lémures de cola anillada aparentemente comenzara a saltar y agarrar a las personas con regularidad.
El personal del Acuario de Austin admitió que sabía que permitir que los lémures saltaran sobre los hombros y la cabeza de los visitantes sin impedirlo durante las interacciones pagas violaba la Ley federal de Bienestar Animal. Un gerente le prohibió al personal ofrecer interacciones con lémures de cola anillada durante la última visita de rutina del USDA para que el inspector no fuera testigo de ningún “incidente”.
Harry, un lémur rufo rojo hembra, sufrió varias lesiones luego de que un gerente introdujera abruptamente un lémur en un grupo de otros, lo que cambió la compleja dinámica social de los animales. La instalación no trató de realizar una integración lenta y gradual, entonces hubo semanas de lucha y estrés.
El investigador también notó que un día, cuando un lémur rufo rojo se escapó de una exhibición y estuvo desaparecido tres horas, el personal no alertó a los visitantes del peligro potencial.
Reptiles Descuidados que ‘se Pierden’ y Mueren en el Acuario de Austin
El personal del Acuario de Austin le dijo al investigador de PETA que las serpientes venenosas “desaparecen todo el tiempo”, que docenas escaparon desde marzo, y que algunas habían sido encontradas en un recinto de aves, en una guardería cercana o habían muerto en la instalación. También se encontraron serpientes arbustivas manchadas sueltas, incluso encima de un recinto para periquitos.
A una iguana llamada Louise se le negó atención veterinaria por una posible pierna rota, supuestamente porque los propietarios de la instalación consideraban que una radiografía que preveían de $200 era “demasiado costosa”, a pesar de haber recaudado un estimado de $6000 en un día a mediados de marzo, según un trabajador.
Un gerente se negó a llevar una iguana llamada Igor, quien parecía estar sufriendo, al veterinario para que le aplicara la eutanasia, afirmando que Igor era “solo” un reptil.
En cambio, lo pusieron en una jaula afuera y lo dejaron morir. Murió en tres días.
Después de que un geco aparentemente sufriera la dislocación de una extremidad anterior y la quebradura de la clavícula, el personal esperó 15 días para llevar al animal a una clínica veterinaria, donde, según se informó, no le realizaron las radiografías recomendadas.
El Operador del Acuario de Austin ha Enfrentado Problemas Legales
La propietaria legal del Acuario de Austin es Crysty Covino pero su esposo, el condenado traficante de animales silvestres, Ammon Covino, la dirige y opera abiertamente. El hermano de Ammon, Vince Covino, cofundó la instalación con Ammon. Los dos hermanos han estado involucrados en la apertura de varios acuarios en todo EE.UU. durante la última década, muchos de los cuales comparten historias sórdidas similares de incidentes contra el bienestar animal y citaciones del USDA.
El hecho de que el nombre de Ammon no esté en ninguna de las presentaciones comerciales oficiales del Acuario de Austin, aparentemente es un intento apenas disimulado para eludir la ley: debido a una condena anterior, Ammon no puede tener una licencia otorgada por el USDA.
Ammon Covino fue condenado en un tribunal federal a más de un año de prisión y dos años de libertad condicional luego de declararse culpable de conspiración para cometer tráfico ilegal de animales silvestres en 2013.
Una de las condiciones de su libertad condicional era la prohibición de participar en cualquier actividad que involucrara la exhibición, compra o venta de peces o animales silvestres. En 2014, el USDA le negó una licencia al Acuario de Austin debido a la implicación de Ammon y solo le otorgó una licencia cuando fue eliminado de los registros como “miembro administrador”, una medida que fue de naturaleza superficial y no un reflejo de su implicancia real en las operaciones. Fue enviado de regreso a prisión dos veces en 2016 después de violar su libertad condicional, una vez porque lo encontraron trabajando en el Acuario de Austin.
Sin embargo, según el personal del Acuario de Austin, Ammon ha dictado prácticas de cuidado de animales allí y ha creado nuevas exhibiciones y cambiado otras. Llevó a 30 personas a la instalación para interacciones de una tarde y, según el personal, ha estado involucrado en el incumplimiento de las reglas sobre la edad mínima de los participantes de las interacciones, así como en el retraso de las reparaciones de un aire acondicionado defectuoso. Además de burlarse abiertamente de la ley por su participación en las operaciones de esta instalación, también está evidentemente involucrado en la gestión de dos acuarios hermanos en el estado, el Acuario de San Antonio y el Acuario Interactivo de Houston.
Un trabajador afirmó que el personal le dice al público que los animales provienen de “criadores regulados por el USDA”, pero admitió que “obtenemos una buena parte de ellos del negocio del hermano de Ammon. Y no llegan a nosotros con muy buena salud”, como un capibara que estaba muy delgado, “se veía horrible” y tenía los dientes rotos.