Actualización (20 de octubre de 2023): Después de escuchar de ti y de PETA, la cadena de supermercados Loblaws, que vendía queso elaborado con leche de estos animales, informó que Quality Cheese, la empresa que fabrica la mozzarella de búfala Bella Casara, había cortado los lazos con la granja.

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Tras la queja de un informante que alegaba que animales languidecían debido a dolencias dolorosas en condiciones de suciedad en una granja propiedad de Ontario Water Buffalo Company, investigadores de PETA realizaron un recorrido programado por el lugar y hallaron sufrimiento animal sistémico en medio de montones de estiércol.

A pesar de afirmar que criaban búfalos “como la naturaleza dispuso”, la granja confina a estos animales, que son nativos de un entorno tropical en Asia, en condiciones sucias y profundamente antinaturales, incluso en inviernos bajo cero, para explotarlos para obtener carne y productos lácteos, entre ellos la mozzarella de búfala y otros quesos.

Aquí podrás verlo:

Los investigadores de PETA encontraron búfalos confinados en la suciedad, en medio de montones de heces húmedas, y el informante señaló que los animales estaban en corrales abarrotados durante meses.

Un animal presuntamente se cayó, no pudo recuperar el equilibrio debido a la excesiva cantidad de heces y fue arrastrado con cuerdas para ser ordeñado.

Según el informante, dejaban que los animales sufrieran diversas dolencias y les negaban la atención adecuada o el fin de su sufrimiento. El informante dijo que una cría ciega, que no podía levantarse, quedó así durante dos semanas hasta que murió.

Otros presuntamente sufrían de heridas abiertas, abscesos y llagas, y recibían un tratamiento inadecuado o ninguno.

El informante reportó que a las crías destetadas las privaban de heno adecuado o les daban heno mohoso o húmedo, y luego los animales adelgazaban y “cojeaban”. Supuestamente, las crías sufrían de parásitos y la diarrea era evidentemente rampante. Presuntamente, muchos animales se debilitaban tanto que no podían pararse.

En lugar de contar con un área espaciosa y un lugar adecuado donde acostarse para dar a luz, las búfalas tenían que dar a luz a sus crías en un corral pequeño y sucio e incluso en una alcantarilla, donde las crías se asfixiaban con heces, según el informante. El informante afirmó que otras madres embarazadas ni siquiera eran trasladadas a este corral y, en cambio, tenían a sus crías en el barro, sobre montones de heces o en estanques.

Un investigador de PETA vio que las crías eran separadas de sus madres poco después de nacer y encerradas a la vista, y escuchó a una madre llamar repetidamente a su cría.

El informante, quien nunca vio a un herrador visitar la granja para recortar las pezuñas de los animales, informó que estaban sobrecrecidas, lo que confirmó la investigación de PETA, y que a los animales les costaba caminar.

Los cuernos de algunos búfalos crecían hacia abajo, hacia sus caras. El informante dijo que la cara de un animal estaba corroída por un cuerno que crecía dentro de ella y que un gerente se lo cortó, lo que provocó que sangrara profusamente.

La investigación de PETA descubrió que las búfalas sufrían de prolapsos uterinos, una afección dolorosa en la que el tejido reproductivo interno sobresale del cuerpo. El informante le dijo a PETA que muchos de estos animales eran reproducidos y ordeñados después de que les cosieran el útero de vuelta al cuerpo.

Los búfalos de agua son nativos de climas tropicales y subtropicales del sur y sureste de Asia y no se han adaptado para tolerar los duros inviernos canadienses, a pesar de que la compañía se jacta de que sus animales son “criados como la naturaleza dispuso”.

Durante la visita de PETA, uno de los propietarios admitió que algunos animales habían sufrido congelación, causándoles la pérdida de parte del pelaje. El informante alegó que algunos de ellos también pierden los pezones y partes de las orejas por el intenso frío.

La Dra. Mary Richardson, expresidenta de la Junta de Revisión del Cuidado de Animales de la procuraduría general de Ontario, vio las imágenes y esta es parte de su declaración: “Los búfalos no solo muestran signos de angustia física, sino que las condiciones en las que se encuentran son deplorables”. PETA ha presentado evidencia a los Servicios de Bienestar Animal de Ontario sobre las aparentes violaciones a la Ley Provincial de Servicios de Bienestar Animal. Sin embargo, cinco meses después de la denuncia, la suciedad y el abandono persistían en la granja, como se ve en este video:

Tú puedes ayudar a detener el sufrimiento en las industrias de la carne y los lácteos si no los compras. Evita toda comida derivada de animales, incluso la carne y los productos lácteos “naturales”, que están etiquetados de manera engañosa con fines de marketing. Cuando hay lucro, el bienestar animal siempre pasa a segundo plano.