PETA Quiere que los Subsidios a la Carne, los Huevos y los Lácteos Sean Redirigidos Hacia los Desiertos Alimentarios
Para algunos, poder llegar a una tienda con frutas y verduras frescas es una misión que toma todo el día, especialmente en zonas conocidas como “desiertos alimentarios”, donde el lugar más cercano para comprar alimentos es una tienda de conveniencia que vende botanas que no son saludables. Los desiertos alimentarios están ubicados de manera desproporcionada en comunidades de personas negras y en vecindarios de bajos ingresos. A menudo, la gente que vive en estos vecindarios se ve obligada a comer carnes procesadas, botanas y otras comidas poco saludables de mayor disponibilidad.
Las investigaciones muestran que quienes consumen alimentos grasos y llenos de colesterol (el colesterol se encuentra únicamente en la comida derivada de animales) de manera regular tienen más probabilidades de sufrir cardiopatías, diabetes y cáncer, enfermedades que son más predominantes en personas que viven en desiertos alimentarios. PETA tiene una solución; sigue leyendo y actúa.
¿Qué Son los Subsidios a la Carne, los Huevos y los Lácteos?
El Gobierno de Estados Unidos gasta alrededor de 38 mil millones de dólares del dinero de los contribuyentes para subsidiar a las industrias cárnica, láctea y del huevo, mientras que solo 17 millones se usan para subsidiar a las industrias de las frutas y los vegetales, aun cuando las pautas dietéticas del gobierno federal alientan a la gente a comer más frutas y verduras y menos productos derivados de animales.
Nuestros impuestos se están usando para mantener el funcionamiento de las industrias de la carne, los huevos y los lácteos, pero los subsidios hacen poco para beneficiar a los agricultores y las economías locales. Entre 2006 y 2021, dos tercios de agricultores estadounidenses no recibieron un solo centavo en subsidios, cuyo total fue de más de $100 mil millones. La mayoría del dinero fue dirigido a las grandes corporaciones, que perjudican a los animales y al medio ambiente a escala masiva. Las corporaciones tienden a emplear a menos trabajadores para cuidar a los animales y compran la mayoría de sus suministros fuera de las zonas locales.
¿Por qué Redirigir los Subsidios Destinados a las Industrias de la Carne, los Huevos y los Lácteos?
En vez de dar miles de millones de dólares a las industrias de la carne, los huevos y los lácteos, PETA quiere que el Gobierno ponga fin a estos subsidios y dé incentivos a los supermercados ubicados en los desiertos alimentarios para que ofrezcan alimentos veganos saludables. Sin incentivo financiero, las tiendas no tienen ninguna motivación para ayudar o cambiar.
¿Cómo Ayudaría Redireccionar los Subsidios Destinados a la Carne, los Lácteos y los Huevos?
El dinero que se destina a las adineradas empresas de carne, huevos y lácteos podría ser mejor gastado en iniciativas que se ocupen de brindar alimentos saludables y oportunidades a los desiertos alimentarios. Healthy Retail SF, por ejemplo, es un programa que diseña e implementa planes para que tiendas de conveniencia en comunidades marginadas de San Francisco pasen de vender opciones poco saludables a ofrecer productos agrícolas frescos. The Garden School Foundation busca mejorar la justicia alimentaria enseñándoles a los jóvenes de Los Ángeles los beneficios de la jardinería y la alimentación nutritiva. Otros programas en todo el país ofrecen financiamiento para fomentar el desarrollo de tiendas de víveres y supermercados en comunidades menos privilegiadas.
Cómo la Carne, los Huevos y los Lácteos están Perjudicando nuestra Salud
La Academia de Nutrición y Dietética de EE.UU. afirma que los veganos disfrutan de un menor riesgo de morir por enfermedad cardíaca isquémica, menores tasas de diabetes tipo 2 y cáncer, y menores índices de colesterol en sangre, presión arterial e índices de masa corporal. Los veganos también tienden a tener un sistema inmunitario más fuerte, haciéndolos menos susceptibles a enfermedades habituales como la gripe.
La ganadería también causa estragos en la salud pública, porque la contaminación proveniente de las granjas industriales causa problemas en humanos, como daño cerebral, depresión, abortos espontáneos y defectos de nacimiento, entre otros. La industria es también responsable de infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos y graves problemas respiratorios.
¿Quién se Beneficiaría si el Gobierno Redirigiera los Subsidios a la Carne, los Huevos y los Lácteos?
Además de los residentes en los desiertos alimentarios, también se beneficiarían los animales usados para comida si el Gobierno dejara de subsidiar las industrias de la carne, los huevos y los lácteos. Ayudaría a evitar que las vacas, los cerdos, las gallinas y otros animales explotados para comida sufrieran la violencia y el maltrato rampantes en estas industrias. En las granjas industriales, los animales generalmente están hacinados en cobertizos sucios y jaulas pequeñas y son habitualmente mutilados. En el matadero son degollados, a menudo mientras aún están conscientes.
Redirigir los fondos de la industria de la carne, los huevos y los lácteos también podría beneficiar a los empleados de los mataderos, que padecen condiciones inseguras de trabajo. Transformar los mataderos en instalaciones limpias que produzcan carne vegana (una transición emocionante que ya está sucediendo en algunos lugares) ayudaría a los trabajadores, muchos de los cuales son inmigrantes o refugiados y no informan sobre las malas condiciones laborales o la crueldad hacia los animales por temor a perder su trabajo.
Redirigir los subsidios a la carne, los huevos y los lácteos ayudaría también al planeta. Los científicos y los líderes mundiales coinciden en que el cambio climático ees el mayor desafío que enfrenta la humanidad, y que la ganadería es una de las principales causas del mismo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, es “uno de los dos o tres principales contribuyentes a los problemas medioambientales más graves, en todas las escalas, desde el local al global”, como la degradación del suelo, la contaminación del aire y el agua, y la pérdida de biodiversidad. Si la gente que vive en los desiertos alimentarios tuviera acceso a alimentos veganos saludables, esto seguramente provocaría una disminución radical del consumo de carne y, por lo tanto, una disminución de la producción de carne. Mitigar los efectos de la crisis climática es necesario para nuestra supervivencia y la de los otros animales.