Nuevo exposé de PETA Asia desenmascara a las desgarradoras ‘escuelas’ de monos bebés de Tailandia
En mayo de 2024, los investigadores de PETA Asia y la veterinaria Dra. Heather Rally pusieron al descubierto a la industria del coco tailandés al exponer a las “escuelas” explotadoras donde se encierran a monos bebés y los entrenan a la fuerza para que recojan cocos. Hasta 50 monos bebés de una sola escuela son aislados, confinados y quebrados en su voluntad por la industria del coco tailandesa para que puedan ser obligados a cosechar cocos durante el resto de sus vidas.
¡Mira el video de la escuela más grande que visitamos y luego usa el formulario a continuación para pedirle al gobierno tailandés que cierre todas las escuelas de monos y prohíba el trabajo de monos!
Mientras estas “escuelas” sigan operando abiertamente, queda claro que el gobierno tailandés no tiene intención de terminar con el trabajo de monos, a pesar de las falsas afirmaciones de ser “libre de monos”. Este engaño hace casi imposible para las granjas de coco tailandesas garantizar que no apoyan esta crueldad.
La industria del coco de Tailandia se basa en mentiras
En lugar de adoptar métodos de recolección de cocos sin usar monos (como plantar árboles más bajos con cocos más accesibles), el gobierno tailandés está engañando a los consumidores. Un distribuidor admitió ante los investigadores de PETA Asia que, sin supervisión, los recolectores de cocos simplemente mienten. Los distribuidores siguen comprando cocos recolectados por monos y vendiéndolos a empresas que elaboran productos con coco, y las empresas y el Gobierno promocionan un “sistema de auditoría”, a pesar de que se basa principalmente en la palabra de los productores de coco.
La única solución es que el gobierno tailandés abandone su falsa certificación “libre de monos” (que ofrece a las granjas que han demostrado que continúan usando trabajo de monos) y declare ilegal esta práctica.
El gobierno tailandés separa a los monos bebés de sus madres
En estas “escuelas”, los bebés que aún son demasiado pequeños para ser separados de sus madres son atados con cuerdas tan cortas que apenas pueden moverse. Atrapados con anillos de plástico alrededor de sus diminutos cuellos, se aferran entre sí con miedo.
Privados de toda forma de enriquecimiento o consuelo, a estos bebés los encadenan y atan a despiadadas barras de metal que no les ofrecen ningún consuelo, calor o refugio, excepto lo que pueden encontrar entre ellos. Pero la cuerda atada a un mono era tan corta que el bebé no podía acurrucarse con los demás y solo podía acostarse por separado en una jaula, aparentemente enfermo o herido:
El mono de abajo no podía moverse libremente ni sentarse en el suelo porque estaba atado con una cuerda corta. Su única opción era sentarse encima de la jaula de alambre, que le irritaba los sensibles pies y cola, o estirarse hasta quedar “colgado” de forma antinatural, tensando el cuello y la garganta:
Muchos monos estaban atrapados en zonas llenas de basura sin protección contra los elementos. Otros estaban atados en lugares fangosos que se inundaban con la lluvia, sin ningún refugio para protegerse mientras que el agua sucia subía a su alrededor:
Mientras investigaban la casa de un recolector de cocos, los investigadores de PETA Asia vieron el futuro que les esperaba a los monos bebés una vez que se “graduaran”. Encontraron a un mono adulto encerrado en una pequeña jaula con una cadena alrededor del cuello.
La Dra. Rally señaló lo siguiente:
Estas condiciones constituyen confinamiento y privación extremos. Dentro de esta
jaula, el animal no tiene agua disponible, no puede escapar del calor extremo, no
tiene refugio y carece de un lugar donde descansar o escapar de sus propios
excrementos y de la incomodidad causada por las barras de metal en la piel y los
pies. Estas condiciones son psicológicamente tortuosas y físicamente
debilitantes, y constituyen una amenaza directa para la vida de este animal.
Alza la voz contra el trabajo de monos: actúa ahora
Todos y cada uno de los monos bebés que los investigadores de PETA Asia y la Dra. Rally observaron, sufrían incomodidad física, privación maternal y social, y tormento psicológico, todo con el único fin de que pudieran ser entrenados y obligados por estas crueles “escuelas” a convertirse en máquinas de recolección de cocos para la industria tailandesa del coco.
Por favor, firma a continuación para pedirle al gobierno tailandés que ponga fin a este sufrimiento cerrando estas “escuelas” y prohibiendo el trabajo de monos en el país.