Actúa para poner fin a las corridas de toros
Es devastador reconocer que la barbárica tradición de la tauromaquia persiste en 2024. A pesar de la condena mundial, estos espectáculos espantosos continúan azotando a siete países: Ecuador, Francia, México, Perú, Portugal, España y Venezuela.
Antes de que un toro entre al ruedo, ya ha padecido un sufrimiento casi inimaginable. Separado de su manada, enfrenta un viaje a un lugar desconocido, y el estrés y la ansiedad a menudo resultan en una pérdida de peso significativa, de hasta 66 libras (30 kilogramos). Incluso antes de que el toro pise el ruedo, ya ha sido atravesado en la espalda con un arpón con púas llamado divisa.
Una vez dentro, el toro padece tres fases de tormento. Durante la primera fase, conocida como tercio de varas, los picadores montados a caballo clavan lanzas en los músculos de la espalda y el cuello del toro, evitando que pueda levantar la cabeza y embestir. Además, retuercen las lanzas para maximizar la pérdida de sangre, a veces hasta de 6 litros. En la segunda fase, conocida como de banderillas, el toro ya debilitado es apuñalado con seis arpones con púas en la misma área donde previamente había sido herido.
En la tercera y última fase, de muerte, el matador entra para poner fin a la vida del toro exhausto y agonizante. Después de provocar débiles embestidas del animal, el matador intenta matarlo con una espada llamada estoque, clavándola repetidamente en su espalda. Pero a menudo el toro no muere en este punto. El matador luego usa otra espada, llamada verduguillo, para intentar cortar su médula espinal, a veces requiriendo múltiples intentos. Una vez en el suelo e incapaz de moverse, el toro podría ser apuñalado una o varias veces detrás de la cabeza con una daga llamada puntilla. Si el matador falla y solo mutila más al toro, el animal consciente pero paralizado y sufriendo puede ser arrastrado fuera del ruedo. En un acto final de barbarie, sus orejas y cola a menudo se cortan como “trofeos”.
Las actitudes hacia la tauromaquia están cambiando. En España, el 84 % de los jóvenes no apoyan la tauromaquia, y el 73 % de los mexicanos la considera maltrato hacia los animales. Si bien se han logrado avances, con más de 125 ciudades en España y varios estados mexicanos imponiendo prohibiciones, el trabajo para ayudar a los toros no ha terminado. La tauromaquia continúa, y depende de nosotros poner fin a esta práctica arcaica.
Por favor, comprométete a boicotear las corridas de toros, unirte a las protestas locales contra ellas y educar a otros sobre la crueldad que hay detrás de estos eventos. Juntos, podemos marcar la diferencia y poner fin a la tauromaquia.
PETA Latino hace que sea rápido y fácil realizar múltiples acciones para poner fin al deporte sangriento. Tan pronto como realices una acción, aparecerá otra en su lugar. ¡Puedes alzar la voz a través de todas ellas!
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